Remolacha fresca con manzana

Una sencilla receta que dejará asombrado a todos los comensales por su frescura y sabor.

La mezcla del zumo de limón, la menta y el aceite, con la dulzura de la remolacha hacen de este plato una exquisitez, fruto de la sencillez más absoluta.

Los frutos secos nos dejaran saciados y los germinados una textura en boca muy diferente al resto de ingredientes. El resultado una comida o acompañamiento ligero ideal para nutrir y limpiar nuestro organismo.

remolacha

La remolacha es una hortaliza valiosa por su alto contenido en vitaminas B1, B2, B3 y B6 y por los minerales potasio, yodo e hierro. Aunque de moderado contenido calórico, se debe tener en cuenta que es una de las hortalizas más ricas en azúcares. No aconsejables para personas con tendencia a producir piedras de riñón debido al ácido oxálico que contiene. También conviene saber es que la orina y las heces pueden verse pasajeramente afectadas por el color de la remolacha ingerida.

La encontraremos disponible en los mercados durante todo el año, debemos elegir las más duras, sin partes blandas ni magulladuras. Una vez en casa, la conservaremos en el frigorífico, en el interior de una bolsa de plástico. Las hojas deben  guardarse sin lavar y por separado, también en una bolsa de plástico, pero no más de 3 días.

Se puede comer cruda (ensaladas, zumos, batidos) y cocida (guarnición, cremas y sopas)

Ingredientes – 1 persona

  • 1 remolacha mediana
  • 1/2 manzana
  • 1 puñado de almendras
  • 2 cucharadas de perejil picado
  • 25 g de germinados

Para la vinagreta

  • 1 cucharadita de zumo de limón
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • un poco de sal
  • unas hojas de menta picadas

Preparación:

  1. Corta la remolacha y la manzana muy finas, ayúdate de una mandolina.
  2. Colócalas en un plato y añade el resto de alimentos.
  3. Mezcla enérgicamente los ingredientes de la vinagreta y aliña.

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